Dos pruebas
Osasuna tiene por delante esta semana dos pruebas importantes para ver si realmente lo de ayer es el inicio de una etapa mejor que la que hemos tenido hasta ahora. Frente al Getafe en la Copa y ante el Athletic en la Liga se verá si esos atisbos de poder encontrar de una vez y por todas el final del negro tunel en que está metido el equipo son reales o ficticios.
Es evidente que el equipo no está encontrando el premio a su trabajo y esfuerzo que hace tanto en los entrenamientos en Tajonar como en los partidos. Es indiscutible que ayer mereció más de lo que se llevó y el Atlético de Madrid menos. Pero en fútbol de nada sirve ser mejor que el rival si no se es capaz de meter el balón en la puerta contaria. Tampoco sirve llegar más que el rival a su puerta ni meter más centros o sacar más faltas y córners.
Osasuna está reñido con el gol y ayer no lo pudo lograr ni de penalti. Da igual que salga el equipo que salga ni que ayer estuviera Santi Ezquerro en el eje de la media punta. Ni que Jaroslav Plasil demostrara que si juega como ayer es un pecado que Camacho le deje fuera de las convocatorias.
No hay tampoco un 9 que de confianza y esperanza. Camacho volvió a contar ayer con Portillo después de haberle dejado fuera en Montjuïc. Pero el de Aranjuez, fallo de penalti al margen, tampoco fue la solución. Como antes no lo fueron Dady, Pandiani o Sola. Nada extraña que en la pretemporada Osasuna removiera media Europa buscando un 9. Pero no lo encontró y Juanjo Lorenzo ya lo está volviendo a buscar ahora de cara al mercado de invierno.
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