Casi al calor del hogar
Es la esperanza, que tener a dos mil seguidores en las gradas, que los jugadores sientan casi el apoyo que tienen en el Reyno de Navarra haga que por fin se acabe con la negra racha de fuera de casa. Camacho ha reconocido la importancia que tiene este hecho y se acordado de San Mamés, de la intensidad que pusieron sus jugadores también con su gente en la grada.
A ver si sirve de algo, porque también hay antecedentes de desplazamientos masivos y volver con la desilusión por bandera. Pero es que algún se tiene que acabar. Las rachas, las buenas y las malas, no son eternas aunque en el caso de Osasuna se le está pareciendo bastante.
Ahora todos esperamos que sea en Anoeta donde cuentan desde Donosti que el hermano guipuzcoano pitará a los rojos en recuerdo de lo de 2007, cuando Miguel Ángel Lotina les hizo creer a todos que Osasuna iba a salir de campo y playa porque -mentira cochina- estaba ya salvado. Pero seguro que eso dura poco porque en Donosti se quiere a Osasuna y en Pamplona a la Real. O sea que pelillos a la mar, al cercano Cantábrico. Ya llegará un día en que se les pueda devolver lo de 2001.
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