Jesús Riaño

La reunión de la LFP de ayer dejó bien clara una cosa: los clubes modestos se asustan ante los grandes. Basta que aparezcan Florentino o Rosell para que todas sus buenas intenciones desaparezcan.

No deja de ser una mala noticia ver que Osasuna ha aumentado su deuda bruta en casi diez millones de euros. Pero es algo que tampoco sorprende por una sencilla razón: se gasta más que lo que se ingresa.

Muchos se escandalizarán de que ocurra esto, pero los ingresos de Osasuna son los que son y no tiene las ayudas institucionales con que cuentan otros clubes bien cercanos. Y no pasa de los 15.000 socios cuando clubes de su nivel andan por los 20.000. Así son las cosas.

Después del primer partido de Liga, de ver lo que se ve, y oir todo lo que van diciendo los técnicos del primer equipo en los últimos días, las buenas sensaciones en torno a Osasuna no hacen sino crecer.

Lo importante en la primera-segunda jornada del campeonato era sumar. Estaba enfrente uno de los que van a aspirar a clasificarse para la Champions y el punto conseguido,al margen del juego, elevó la moral de todo el mundo.

Por fin se ha acabado el que para Osasuna ha sido el gran culebrón del verano. No recordamos, en los últimos tiempos, una negociación tan larga como la del fichaje de Roland Lamah.

El viejo sueño de Osasuna, recuperar a Raúl, ya se ha cumplido. Recuperarlo aunque sea para una temporada, que es lo que en principio va a pasar con la cesión. Pero quien sabe lo que puede pasar después.

Que en una época de crisis económica y sin haber hecho grandes alardes en fichajes y habiendo vendido a dos de los mejores Osasuna vaya a tener en torno a cuatrocientos socios más que la pasada temporada demuestra bien claramente lo fiel que es la afición rojilla.

Al bueno de Poulidor se le conocía como el eterno segundo hasta el punto de que cada vez que un corredor se quedaba repetidas veces a las puertas del triunfo se le recordaba el nombre del simpático, y al que conocimos personalmente en Pamplona, corredor francés que tenía en el gran Jacques Anquetil al que siempre estaba por delante

Ya hemos dicho adiós a Javier Camuñas. Ahora lo que hay que hacer es acertar con su sustituto. Eso determinará buena parte de la bondad o no de la operación. Como ocurridó con Juanfran y Cejudo.