SÓLO QUEDA ESPERAR UN MILAGRO
Sólo queda esperar un milagro. El que de repente frente al Valencia veamos a un nuevo Osasuna que no tenga nada que ver con el que era desde la llegada de Caparrós. Un Osasuna que al menos compita, que no vea cómo cualquier rival le pasa por encima.
Sabemos que es complicado encontrar a quienes piensan que ese milagro se puede producir a la vista de los antecedentes. Pero no queda otra. Eso o resignarnos a ver la segunda vuelta como una pesadilla sabiendo que se ha dicho adiós anticipadamente a la menor posibilidad de lograr la permanencia.
Veremos si esta plantilla con la llegada de Vasiljevic, o más bien con la salida de un Caparrós con el que los jugadores no tenían la menor sintonía y habían perdido la confianza, da un giro de 180 grados. Somos conscientes de que sería una gran pero agradable sorpresa que esto se produjera este lunes, pero no queda otra más que tener esa esperanza. Con la ventaja de que ver algo peor es imposible.
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