El AGUIJÓN ROJILLO
Benditas matemáticas. A ellas seguimos aferrándonos como último clavo rusiente que nos falta para entrar en el play-off y así al menos salvar “un poco” la temporada.
Tras la derrota contra el Tenerife y los últimos cuatro empates muchos aficionados rojillos habíamos entregado ya la cuchara y nos disponíamos a ver cómo se iban dando los acontecimientos para preparar otra temporada en Segunda División.
Siempre mirábamos con reojo el partido del Nou Estadi, de tan grato recuerdo hace 2 temporadas en el play off de ascenso y solo nos valía una victoria para que otra vez, y van ya unas cuantas, se nos presentará la oportunidad de bajar a El Sadar a luchar contra el Oviedo por una plaza para alargar como mínimo dos partidos mas esta liga.
Volvamos a mirar nuestro calendario. Nos quedan cuatro partidos: dos en casa y dos fuera. Podemos decir que dependemos de nosotros, porque tres de estos partidos son contra rivales que nos preceden en la tabla. Ahí es nada; contra Oviedo, Numancia y el último en el Jose Zorrilla contra el Valladolid. Estamos con vida, con lo cual tenemos esperanza y por ella tenemos que luchar.
Independientemente de la victoria, quiero sacar otra conclusión positiva del partido contra el Nàstic. Y no es otra que vuelta de Miguel Flaño. Nuestro capitán. Disputaba en la jornada 38 sus primeros minutos. Se lesionaba el 10 de diciembre de 2016 contra el Barcelona y tras recuperarse no entraba en los planes de Diego.
Las lesiones de Unai y Clerc le dieron el puesto casi por obligación.
Y cumplió a la perfección con su cometido. En las notas de Navarrasport le califican con un 8 y dice: ”Difícil de entender como después de tanto tiempo parado ha hecho un partido tan bueno”.
No podía ser de otra forma con este tipo de jugadores en Osasuna. Es como si volvieran Patxi Puñal o César Cruchaga e incluso el mismo Echeverria.
Son vitales en nuestra filosofía de club. Ya lo demostró su hermano Javier con el gol en Sabadell.
Quizás esta temporada hemos pretendido luchar con otros lujos y no hemos valorado lo que tenemos por casa. Todavía estamos a tiempo.
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